En salas blancas y otros entornos críticos, es importante comprender el papel que desempeña una técnica de limpieza adecuada en el control fiable y constante de la contaminación. Cuando se limpia una contaminación que no se puede ver, la técnica es una forma segura de saber que se ha cubierto la superficie en cuestión.
A continuación se exponen tres consideraciones para limpiar superficies en una sala limpia.
Para limpiar superficies en una sala limpia, hay que tener en cuenta tres consideraciones.
1. Saque la toallita del paquete
2. Doble la toallita por la mitad, y luego otra vez por la mitad, de modo que tenga un cuarto de su tamaño original.
3. Una vez doblada en cuartos, mantenga los bordes abiertos (sin doblar) alejados de la superficie que se va a limpiar.
4. Al pasar la bayeta, sólo los bordes doblados y la cara de la bayeta deben tocar la superficie, ya que es menos probable que los bordes doblados tengan partículas o fibras sueltas, y la cara de la bayeta capta el máximo de contaminantes.
Las superficies irregulares en una sala limpia incluyen manillas y tiradores de puertas, cierres automáticos, interruptores de luz, tuberías, accesorios y válvulas. La clave es establecer un buen contacto con la superficie. Recuerde limpiar unos centímetros alrededor de cada superficie irregular.