Cuando se trata del control de la contaminación en salas blancas, el objetivo es claro: eliminar contaminantes para mantener un entorno conforme a las normas, especialmente en sectores como la fabricación farmacéutica y biotecnológica.Sin embargo, un adversario invisible socava a menudo este objetivo-residuo de los desinfectantes. Aunque son vitales para el control microbiano, estas soluciones típicamente dejan residuos que comprometen la limpieza general y el control de la contaminación del cuarto limpio. Este blog destacarálos retos que plantean los residuos y las estrategias para gestionarlos eficazmente.
Comprensión de los residuos en salas limpias
Los residuos en las salas blancas proceden de diversas fuentes, entre ellas el personal, procesos, y materiales implicados. Sin embargo, los desinfectantes -esenciales para el control microbiano-inesperadamente se convierten en contribuyentes significativos. El residuo de desinfectante es el material que queda en las superficies tras la aplicación y la evaporación, que a pesar de ser inevitable, puede tener efectos perjudiciales para el control microbiano. La limpieza se refiere a la eliminación física de la materia orgánica, waquí la desinfección implica matar microorganismos. Ambos son distintos, al igual que la eliminación de residuos, un aspecto específico de la limpieza.
El impacto de los residuos de desinfectantes
La presencia de residuos de desinfectantes es muy común en los entornos críticos de las ciencias de la vida. Cuando no se gestionan, pueden provocar una gran cantidad de problemas, entre los que se incluyen:
- Peligros para la seguridad del operario, como suelos resbaladizos o pegajosos
- Superficies visualmente sucias como rayas y manchas en ventanas y equipos
- Rozamiento y corrosión de equipos de acero inoxidable
- El riesgo de contaminación del producto o del proceso si no se controla
Además, estos residuos pueden degradar la infraestructura de la sala blanca con el paso del tiempo, provocando costosas reparaciones u operaciones de limpieza intensivas y molestas.
Reconociendo esto, organismos autorizados como la United Staes Pharmacopeia (USP), la Parenteral Drug Association (PDA), la Food and Drug Administration (FDA) y la Comisión Europea (EU GMP) han destacado la importancia de gestionar estos residuos de forma eficaz como parte de una Estrategia de Control de la Contaminación (CCS) y estructuras similares.
Visual Monitoring: el Primer paso en la gestión de residuos
A menudo, la primera línea de defensa es el control visual. La apariencia de los residuos, sin embargo, puede ser engañosa; el mismo nivel de residuo puede parecer mayor o menor dependiendo de la superficie observada. Por ejemplo, para un mismo nivel de residuos, las ventanas y los metales pulidos muestran residuos de forma más prominente en comparación con las paredes y los suelos. Esta variabilidad necesita un enfoque más considerado y conocedor de la gestión de residuos.
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Estrategias para la mitigación eficaz de residuos
Mitigar los residuos no es difícil, pero requiere comprender y aplicar estrategias específicas para cada sala blanca. Los factores críticos incluyen el tipo de desinfectante y la frecuencia de aplicación, las superficies y el tiempo de contacto necesario, así como los métodos de aplicación y el rendimiento de las herramientas de limpieza utilizadas. Por ejemplo, la aplicación excesiva de desinfectantes o la eliminación infrecuente de residuos puede agravar la acumulación de residuos y los problemas relacionados.
Para mitigar eficazmente los problemas de residuos, debe incorporarse una fase específica y dedicada de eliminación de residuos en cualquier programa de limpieza y desinfección. Este paso de eliminación debe incluir agentes específicos para solubilizar los residuos (si están secos), como agua para inyección (WFI), 70% IPA/30% agua desionizada, 6% peróxido de hidrógeno (6% H2O2), o detergentes de bajo residuo. También puede evitarse la formación de residuos eliminando el desinfectante mientras aún está húmedo con toallitas secas o fregonas (por supuesto, después de alcanzar el tiempo de contacto necesario). El agente de eliminación más eficaz debe determinarse en función de las características y la solubilidad del residuo, así como de las necesidades específicas de la sala blanca.
La importancia de la eliminación periódica de residuos
Un programa regular de eliminación de residuos es crucial. La frecuencia y los protocolos para la eliminación de residuos deben basarse en evaluaciones de riesgos, datos de monitoreo ambiental (EM), la frecuencia de aplicación del desinfectante y la evaluación visual. Fundamentalmente, los datos de EM por sí solos no deben ser el único determinante de la necesidad de eliminación o gestión de residuos.
Al establecer una frecuencia de eliminación, es aconsejable empezar con un intervalo más largo entre las limpiezas y ajustarlo según sea necesario. Por lo general, un programa quincenal o mensual es suficiente, dependiendo de la química del desinfectante y de la frecuencia de aplicación.
Los agentes solubilizantes o detergentes pueden ser necesarios para mitigar residuos persistentes o de larga duración, pero recuerde que los propios detergentes suelen dejar residuos. En esta situación, a menudo es necesario un aclarado con agua, seguido de secado, para evitar el ciclo de acumulación de residuos.
Por último, aunque los desinfectantes son indispensables para la higienización de las salas blancas, plantean el reto de gestionar sus residuos. Una estrategia eficaz de gestión de residuos debe abordar esta cuestión incorporando la eliminación periódica de residuos en el programa de mantenimiento y utilizando los agentes adecuados. Al reconocer y abordar este aspecto del control de la contaminación, que a menudo se pasa por alto, podemos garantizar que nuestras salas blancas permanezcan realmente limpias, reflejando los elevados estándares de las industrias que confían en ellas. No dejemos que lo invisible socave nuestros esfuerzos; después de todo, en el mundo de las salas blancas, lo que no se ve puede hacer daño.