El mantenimiento de una sala blanca implica algo más que observar las tendencias de la monitorización medioambiental: exige un enfoque proactivo que incluya inspecciones rutinarias, gestión de residuos y una cultura de control de la contaminación. Aunque la monitorización ambiental proporciona datos valiosos, confiar sólo en ella puede crear puntos ciegos que permitan que los riesgos aumenten sin ser detectados.
Exploremos lo que el EM no muestra, por qué es importante y cómo estar preparado para las auditorías yendo más allá de los datos.
La vigilancia medioambiental ofrece una instantánea en el tiempo. Es muy útil para evaluar las partículas suspendidas en el aire y la recuperación microbiana, pero no puede detectar:
Por ejemplo, el fregado diario y las buenas tendencias de EM pueden hacer que un equipo crea que todo está bajo control. Sin embargo, es posible que la acumulación de residuos, la oxidación de las mesas y el deterioro de las superficies no aparezcan en los informes de EM, lo que puede dar lugar a problemas en el futuro.
La degradación de las salas blancasno seproduce de la noche a la mañana. Los operarios que trabajan a diario en el mismo entorno a menudo no se dan cuenta de los cambios lentos. Por eso, las inspecciones visuales y los recorridos rutinarios son tan importantes como las pruebas microbianas.
Los residuos acumulados, especialmente cuando no se mitigan de forma rutinaria, pueden:
Sin controles físicos, estos riesgos pasan desapercibidos, hasta que se produce un caso decontaminación, una auditoría fallida o una interrupción de la producción.
Para mantener una sala blanca que cumpla todas las normas, las instalaciones deben complementar el EM con inspecciones rutinarias del estado y protocolos de gestión de residuos. He aquí cómo:
1. 1. Programe inspecciones periódicas de la sala limpia: céntrese en los techos, suelos, costuras de las paredes, debajo de los bancos y alrededor de las rejillas de ventilación.
2.2 . Implemente procedimientos normalizados de eliminación de residuos : utilice fregonas y paños sin pelusa junto con agua o IPA para solubilizar y eliminar los residuos secos (recuerde utilizar materiales estériles en los espacios de grado A y B).
3. Los operarios deben estar facultados para notificar cambios en el estado de la superficie, acumulación de residuos o comportamientos que puedan suponer un riesgo de contaminación.
La vigilancia ambiental es una pieza valiosa de su estrategia de control de la contaminación, pero no lo es todo. Si la combina con inspecciones intencionadas de las superficies, la eliminación de residuos y el compromiso de los operarios, sus instalaciones podrán anticiparse a los riesgos invisibles y mantener una sala limpia que cumpla las normas y tenga un alto rendimiento.
¿Necesita ayuda para identificar riesgos en su sala blanca? Póngase en contacto con su representante de Contec Cleanroom para una evaluación del control de la contaminación.